Ahora reclamo por nuestros hijos, la difícil adolescencia, el cómo cambian de ser unos niños a unos extraños seres que no saben lo que quieren, que sienten mil emociones en un minuto, que te odian y te aman mil veces al día, que amplían su grupo de amigos y tienen actividades sociales que antes ni pensarlo.
Bueno todo eso me tiene entre preocupada y molesta, por un lado no quiero ser una bruja, pero por otro me molesta la poca consideración hacia mi, ayer esperé a mi hija una hora a que llegara del colegio, quedamos en que la esperaría, pero ella se fue con los amigos y de mi se olvidó, después yo muy comprensiva le digo que no la voy a esperar más por si se vienen con los amigos y me dice que no quiere, que quiere que yo la espere, apuesto que me deja plantada de nuevo, pero eso es crecer.
Escribiendo todo esto me doy cuenta que en realidad mi tiempo no importa para nadie, y es bien deprimente, estaré en otra dimensión, o tan solo es la manera actual de considerarnos los unos a los otros, dejo planteada la pregunta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario